El estrés puede provocar una reacción negativa en nuestra piel. Conoce qué efectos puede tener el estrés sobre tu piel y qué puedes hacer para minimizar el impacto que tienen en tu vida.
Dicen que la mirada es el espejo del alma. De hecho, todo nuestro cuerpo lo es. El estado de nuestra piel está intrínsecamente ligado a las emociones que sentimos: desde el enrojecimiento que experimentamos cuando estamos nerviosos o sentimos vergüenza; las líneas de expresión que se nos forman en la frente cuando estamos preocupados o hasta los brotes de acné o eccemas causados por el estrés.
Una exposición prolongada al estrés puede hacer que nuestra piel (o nosotros mismos) tengamos un aspecto envejecido o cansado, por lo que minimizar el estrés en nuestras vidas puede ayudarnos a aparentar menos edad y más salud.
La clave para evitar que el estrés afecte a nuestra piel es gestionarlo. Un primer paso es identificar qué nos estresa. A veces, aquello que creemos que es lo que más nos estresa es solo un desencadenante superficial que, en realidad, enmascara un problema mayor como problemas de pareja, una bajo autoestima o mucha presión laboral. Es imposible eliminar por completo el estrés de nuestras vidas, pero identificar su origen puede ayudarte a gestionarlo y tolerarlo mejor.
Por lo general, un estilo de vida saludable puede mejorar la capacidad de tu cuerpo y tu mente para gestionar el estrés. Practicar ejercicio con regularidad afecta de forma positiva a la autoestima, al humor y a la calidad del sueño.
Cuando estamos estresados, tendemos a buscar alimentos de alto contenido en azúcar o grasas que nos resulten «reconfortantes». Intenta sustituirlos por fruta, verdura, carnes magras y productos integrales. Una dieta nutritiva y rica en vitaminas puede fortalecer tu sistema inmunitario, conseguir que tu tensión sanguínea disminuya y aportar a tu piel un brillo sano y radiante.
Asegúrate de dormir todo lo que necesitas. Cuando dormimos nuestro cuerpo se regenera y se repara tanto física como mentalmente. El estrés puede sembrar el caos en los patrones del sueño, lo que provoca hinchazón en los ojos, una piel pálida y sin brillo y arrugas.
El sueño es lo más parecido a una «fuente de eterna juventud» que tenemos, por lo que debes intentar dormir, como mínimo, siete horas de «sueño reparador» todas las noches para tener el mejor aspecto posible y sentirte bien.
También podrías plantearte la opción de realizar alguna actividad relajante como meditación o yoga. Se ha demostrado que ambas prácticas reducen los niveles de estrés y mejoran la calidad del sueño.
Recuerda: la lucha contra el estrés no tiene por qué ser individual. Confiar en tus amigos o familiares, o buscar la ayuda de un profesional te puede ayudar a aliviar el peso y los efectos nocivos del estrés. Implementar estos pasos te ayudará a superar períodos de altos niveles de estrés y a evitar que cause estos estragos y afecciones.
Sabías que...
Para evitar que el estrés afecte a tu piel y conseguir que ésta se regenere debes recordar siempre que tu «fuente de eterna juventud» es el sueño: debes dormir un mínimo de siete horas todos los días.
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